Cuando padecemos de vértigo nuestro cuerpo sufre una especie de alucinación. El cerebro y el oído son los responsables de que sintamos esta sensación de mareo tan común.
Se origina en una de las regiones de nuestro oído interno, concretamente en el sistema vestibular, que se ocupa de la coordinación, el equilibrio y la percepción espacial. A su vez, el sistema vestibular se divide en pequeñas regiones semicirculares plagadas de un fluido conocido como la endolinfa. Cuando este líquido se mueve, tenemos la sensación de equilibrio.
¿Qué lo produce?
Hay diversos factores que perjudican al sistema vestibular y hacen que se puedan producir episodios frecuentes de vértigo. El más común de todos ellos son las infecciones dentro del oído interno. Si el nervio vestibular se ve afectado por algún microbio, este se puede hinchar y enviar a nuestro cerebro un estímulo que desencadenaría el vértigo.
En personas de avanzada edad que toman medicamentos para normalizar la presión arterial, también es muy común que el vértigo haga acto de presencia, pues pueden sentirse indispuestos al estar de pie debido, en gran medida, a la bajada repentina de su tensión arterial. Este tipo de caída de tensión es conocida como hipotensión ortostática.
También hay dolencias que ocasionan vértigo: una de ellas es la enfermedad de Ménière. Se origina cuando hay un exceso de endolinfa en el oído interno, provocando náuseas y molestos zumbidos en nuestros oídos. Estos incómodos ruidos tienen el nombre de tinnitus.
Vértigo y Acrofobia
Por otro lado, la acrofobia es un trastorno psicológico, caracterizado por un exagerado miedo a llegar a caerse desde una altura. Así, cuando estamos a una determinada altura desarrollamos respuestas emocionales tales como malestar mental o incapacidad para realizar determinadas actividades. A menudo se confunde con el vértigo porque pueden ir de la mano; hay casos en los que el temor a caerse se manifiesta teniéndolo.