Más de uno ha movido alguna vez el cuello, los codos, las rodillas o los nudillos y ha escuchado un sonido muy característico, afirmando que sus huesos crujen. Si te ha ocurrido alguna vez te habrás preguntado por qué sucede y si es perjudicial para tu salud.
En primer lugar te informo de lo siguiente: ni los huesos ni las articulaciones crujen. Es por eso que en el título de este artículo he introducido esta palabra entre las comillas, y es que en realidad estos sonidos tienen el nombre de crepitaciones. Las causas pueden ser las siguientes:
- Los extremos de un hueso fracturado están rozando.
- Tendones inflamados.
- Compresión.
- Existe aire en los conductillos pulmonares.
- La articulación que «cruje» está afectada de hidrartrosis.
- Los coágulos se han comprimido en un hematoma (en cuyo caso se conoce como crepitación sanguínea).
En segundo lugar no son los huesos los que emiten este sonido que en repetidas ocasiones puede llegar a ser realmente molesto, sino nuestras articulaciones.
La cavitación
Cuando las articulaciones generan este chasquido, y parece que nuestros huesos crujan, se produce lo que se denomina cavitación. En los huesos de cada articulación se encuentra el líquido sinovial, un fluido gelatinoso y cristalino que nos protege de golpes, y ayuda a que nuestras articulaciones no se deterioren.
Al estirar un dedo o una mano, los gases que contienen el líquido sinovial se propagan, ocasionando unos pequeños estallidos, que originan el crujir de nuestros huesos.
Cuando el chasquido ya se ha realizado, los gases – compuestos por dióxido de carbono, nitrógeno y oxígeno – tardan una media de 5 minutos en diluirse de nuevo en el líquido sinovial, periodo en el cual los huesos no crujen.
¿Es dañina la cavitación para tu salud?
A pesar de que algunos expertos han llegado a decir que estirar nuestras articulaciones con frecuencia puede producir artritis, el norteamericano Donald L.Unger demostró que chasquearse en un periodo de 60 años no provoca artritis. Lo que sí se ha manifestado en gente que se chasquea con regularidad es que puede producir hinchazón, disminución de fuerza en las articulaciones, o deterioro en los tejidos de la cápsula articular.
Lo comparto iRe, ¿quién no se lo ha preguntado?
Gracias Eloy. 😀
Si bien es cierto, que no está demostrado que este chasquido genere artrosis o artritis, lo cierto es que es desesperante cuando te mueves y te suenan todos los huesos. 🙁 Gracias por el artículo, me aclaró varias dudas.
Hola Luis, sí que lo es sí, ya sabes que a mi también me toca soportarlos. ¡Un abrazo!
La verdad es que me lo había preguntado muchas veces, y realmente pensaba que eran los huesos los que crujían / crepitaban, no un gas. Muy interesante, lo hago circular
La verdad que ni me imaginaba ésto, muy buena idea, son esas cosas que uno se pregunta a veces y no sabe que contestarse…
Un artículo lleno de información es lo que uno se encuentra navegando por tu blog, todo lo que leí aquí no lo sabía pero ahora ¡ya lo sé! Y ya le puedo hacer un comentario a mi esposa que siempre me regaña por “tronarme” los dedos.
Excelente información Ire, la verdad sabía que era algo relacionado a gases en las articulaciones pero no las causas por la cual la aparición de esos gases. Que bueno, uno aprende cosas todos los días, y eso me encanta.
Mi madre siempre me decía, no te crujas los dedos que se te van a anchar las coyunturas jeje, ella padece de artritir y seguro los relaciona. Ya le comentaré ésto.
Excelente!!, gracias por informarme..
Bay.-