Las abejas obreras producen la miel a partir del néctar de las flores, mezcándolo con sus propias enzimas. Retienen cierta cantidad para recuperar la energía invertida en el proceso de recolección del néctar y, el resto, lo depositan en los panales de la colmena, donde las abejas del hogar reducen la cantidad de agua del producto elaborado por las obreras y la enriquecen con varias sustancias activas. Más tarde, depositan el néctar en las celdas del panal donde la convierten en miel. La transformación, por tanto, se produce dentro y fuera del cuerpo de estos famosos insectos.
El 80% de la miel lo constituyen azúcares de diferentes tipos, un 7% son minerales y oligoelementos (calcio, hierro, magnesio…) y vitaminas C y B. El resto (entre un 15 y un 23%, según el tipo de miel) es agua.
Propiedades de la miel
Consumir miel ayuda a tu organismo por las siguientes razones:
- Es más sana que el azúcar refinado, siempre que eches menos cantidad.
- Sus azúcares simples son un aporte inmediato de energía, que se consume fácilmente.
- Tiene efectos conservantes, bactericidas, reconstituyentes y antiinflamatorios.
- Reduce la secreción de ácidos gástricos y la posibilidad de reflujo (la comida sube al esófago).
Nota: Pese a ser buena para cicatrizar heridas, aliviar labios agrietados, hidratar la piel, etcétera, también tiene algunos inconvenientes:
- Si la calientas a más de 45º se destruyen sus vitaminas y propiedades.
- Es muy calórica. No consumas más de 50 gr de miel al día y no abuses de ella si deseas perder peso.
- La miel procedente de flores como rododendros y azaleas es venenosa para el hombre. Ten en cuenta, eso sí, que es muy rara de encontrar.
- No hay que dársela a bebés menores de 18 meses dado que su jugo gástrico aún no está preparado para aimilarla y podrían desarrollar alergias.
- La luz y el calor pueden rebajar su calidad, por lo que es necesario que se conserve en tarros cerrados, en lugares frescos.
Cómo tomar miel
Existen numerosísimas recetas, sobre todo de postres, que utilizan el sabor y la textura de la miel, aunque el frenético ritmo de vida actual haya llevado a consumirla casi siempre con unas tostadas durante el desayuno. Otra forma práctica de utilizarla es como edulcorante en infusiones o productos lácteos como el yogur o el requesón, y en sustitución del azúcar.
Su uso tradicional ha sido también medicinal, para aliviar los síntomas de algunas dolencias como la garganta irritada – que mejora con cucharaditas de miel caliente y gotas de limón – o la amigdalitis. Por cierto, ¿sabías que la miel se utiliza en la alimentación de enfermos de cáncer para aportar más energía y calorías sin incrementar la ingesta, puesto que les cuesta comer?.
Curiosidades de la miel
- La Vía Apia fue la primera calzada romana que se construyó y su nombre hacía referencia a las abundantes colmenas que se hallaban en el camino.
- Existen pruebas del consumo humano de miel en las pinturas rupestres de la cueva de la Araña, en Bicorp (Valencia) y en jeroglíficos egipcios.
- Hay referencias de este alimento en el Antiguo Testamento también, así como en el Corán.
- En Persia, Babilonia, Egipto y Roma utilizaban las propiedades saludables de la miel en ceremonias y rituales.
- La miel no se estropea, ya que no llega al 20% de humedad y, por ello, las levaduras no pueden fermentar en ella. Además, su gran concentración de azúcar destruye las posibles bacterias.
- El producto natural con más azúcar, después de la miel, es el dátil, que contiene nada menos que un 62%.