La hiperhidrosis es la sudoración excesiva que aparece más comúnmente en manos, pies y axilas. Se trata de una enfermedad crónica y hereditaria que afecta a gran parte de la población (siendo más grave en los hombres que en las mujeres), llevándoles a sentir vergüenza y a evitar el contacto físico con otras personas.
Su causa puede tener lugar en la alteración anatomo-funcional de las glándulas sudoríparas (de uno o ambos grupos), problema que ocasionaría una producción de sudor mayor a la necesaria. Este exceso de sudor puede provocar maceración cutánea, acrocianosis, queratodermia e incluso deshidratación.
Lo que por desgracia ocasiona en la mayoría de los casos es un problema social, pues en muchas ocasiones dificulta el desarrollo normal de actividades sociales, laborales o personales. En el ámbito profesional puede darse el caso de dificultar la manipulación de objetos, herramientas o equipos electrónicos. En otros, quienes padecen esta enfermedad evitan acciones como el estrechamiento de manos como saludo.
Tipos de hiperhidrosis
Se clasifica en dos tipos: la hiperhidrosis primaria y la hiperhidrosis secundaria. Se entiende como idiopática o primaria cuando no es secundaria a otra causa orgánica y sucede frente a estímulos como pueden ser el dolor, el esfuerzo físico o intelectual, el estrés… La secundaria, por su parte, sí está originada por una causa orgánica (diabetes mellitus, tumores, transtornos de la glándula tiroidea o pituitaria…).
¿Dónde aparece la hiperhidrosis?
Con mayor frecuencia aparece en zonas corporales que concentran un mayor número de glándulas por milímetro cuadrado: las palmas de las manos y los pies (sudoración palmar), las axilas (sudoración axilar), el rostro (facial) y la cabeza (cráneo-facial).
Cómo se trata la hiperhidrosis
La clave del éxito del tratamiento radica en el correcto diagnóstico del médico, ya que dependiendo dela causa y tipo de manifestación, el médico aconsejará un procedimiento u otro. Es por ello que si crees que sufres hiperhidrosis, debes acudir a él para que valore tu caso. No obstante mencionaré a continuación uno de los modos empleados para solucionar el problema.
Se trata de la aplicación de toxina botulínica, una sustancia inyectable en las glándulas sudoríparas que bloquea de forma irreversible y selectiva la liberación de acetilcolina en las terminaciones nerviosas periféricas. Se usa sobre todo en las axilas, administrando pequeñas inyecciones intradérmicas en el área. Para evitar molestias, se adormece el área con frío. Los resultados se notan a los tres o cuatro días y suele realizarse dos veces al año, reduciéndose en algunos casos a una sola aplicación anual. En las manos sí se suele usar anestesia para la aplicación, ya que es una zona más sensible.
Otra solución es la radiofrecuencia, que consiste en aplicar altas dosis de calor en diferentes niveles de profundidad de la piel, en los que se encuentran las células sudoríparas.
¿Conoces más de la hiperhidrosis? ¿La sufres o lo hace alguien cercano? Te invito a dejar un comentario aportando más datos al artículo.